Fray Jorge Bender nació en Gobernador Crespo, Santa Fe. Se formó como sacerdote franciscano y tuvo como profesor a Jorge Bergoglio. Hoy trabaja como misionero en Jécua, una pequeña aldea de Mozambique, donde lidera un proyecto agropecuario y educativo que transformó la vida de cientos de niños y jóvenes de la comunidad.
Bender siempre sintió una sintonía natural con el modo de ver las cosas de los franciscanos. La experiencia de San Francisco de Asís es una expresión de libertad, de apertura, a la que define como una experiencia aventurera que lo apasiona.
“EN ÁFRICA NO ME SIENTO ENCERRADO EN UN ESQUEMA DETERMINADO, SINO QUE ME SIENTO COMO EN CASA. EL PAPA FRANCISCO HABLA DE ATRAVESAR FRONTERAS GEOGRÁFICAS Y EXISTENCIALES. YO CREO QUE LA ORDEN FRANCISCANA LO TUVO SIEMPRE EN CLARO Y LOS QUE SOMOS UN POCO AVENTUREROS VAMOS A VIVIRLO”.
Bender llegó a África a comienzos de 2020, para darle visa al Proyecto Agropecuario San Francisco. Entró “en puntas de pie”, con mucho respeto hacia la diversidad cultural. El primer año fue más de abrir un poco el oído. A partir de esta escucha, la comunidad pudo expresar cosas que imaginaba como posibles. Gracias esto, Bender encontró la manera más apropiada para evangelizar, es decir, mejorar la vida de la gente, la educación, la salud, la alimentación.
“JUNTO CON EL PAN DE LA PALABRA VA EL PAN DE LA EDUCACIÓN. ACÁ ESO NO SE PUEDE SEPARAR, EL QUE SEPARA PIERDE PERSPECTIVA. TAMPOCO TRAEMOS UNA SOLUCIÓN DESDE AFUERA COMO SI FUERA MÁGICA, SINO QUE LA SOLUCIÓN VENGA DESDE ABAJO. LAS POSIBILIDADES ESTÁN AHÍ, EN LA TIERRA.”
Las personas pueden ayudar brindando su tiempo y conocimientos en asesorías. También es bienvenido el aporte económico. Tal es el caso del filántropo Alejandro Roemmers, que ha hecho aportes importantes gracias a los cuales compraron un tractor, una pala mecánica y brinda ayuda para el sostenimiento escolar para cien niños y jóvenes. “Alejandro tiene una sensibilidad muy grande y cuando ve cosas bien concretas se entusiasma y es bastante generoso. Él cree en nuestro proyecto y tiene un cariño muy grande”, explica Bender.
En un futuro abrirán la posibilidad de convocar voluntarios que viajen a África, con capacidades concretas, como agricultura o sistemas. “Es interesante que la gente que tiene distintas capacidades descubra estos caminos lindos, solidarios y puedan entusiasmarse. No me interesa la publicidad de nuestro trabajo, pero soy consciente de que a veces una buena palabra positiva es necesaria para la sociedad”, reflexiona.
La gran búsqueda del misionero argentino es cómo vivir lo que San Francisco vivió hace más de 800 años hoy. Y encontró en África la posibilidad para andar ese camino.